Amén de lo indicado en mi última entrada sobre los efectos del alcohol sobre
nuestro cerebro, cabe destacar estos otros efectos suyos a largo plazo: Aumento
de la actividad cardíaca y elevación de la presión sanguínea. Úlceras,
hemorragias y perforaciones de la pared del estómago. También se relaciona con
el cáncer de páncreas, esófago, hígado, laringe y estómago. Baja la producción
de glóbulos blancos, provocando alteraciones en el sistema inmunitario.
Disminuye la libido y la actividad sexual, pudiendo además causar infertilidad
e impotencia. En embarazadas, posibles daños en el feto.
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