Los
productos azucarados incluyen prácticamente todos los productos procesados del
supermercado. Aparte de caramelos, helados y bebidas refrescantes
azucaradas también se puede encontrar cantidades excesivas de azúcar en panes, galletas,
pasteles, zumos, mermeladas y algunas variedades de leche, yogures y embutidos.
El azúcar refinado que encontramos en el mercado hoy en día contiene sacarosa, la cual es un carbohidrato simple que no contiene proteínas, grasas ni vitaminas o minerales, es decir, que no tiene nutrientes, por lo tanto sólo proporciona calorías, y se puede considerar como un alimento vacío.
Si comparamos el consumo de ahora y él de ahora, la diferencia es considerable. Cuando en la edad media una persona de clase media consumía sobre
35 gramos de azúcar diarios, hoy en día una persona europea consume unos 167
gramos de azúcar al día, es decir casi 5 veces más azúcar que antes.
El
cuerpo humano no está preparado para ingerir grandes cantidades de azúcar, al
contrario, lo que consumían nuestros anscestros recolectores era sobre todo verdura y fruta
variada combinada con lo que conseguían a cazar de carne y pescado. Por lo tanto, consumir azúcar no
nos beneficia de ninguna manera, de hecho a largo plazo puede dañar a
varios órganos y sistemas en el cuerpo.
El exceso de azúcar está relacionada con varias enfermedades:
-la
diabetes de tipo II,
-la caries,
-la obesidad,
-la osteoporosis,
-el aumento de la Candida Albicans (un tipo de hongo) en el cuerpo
-la hipertensión arterial
-desarrollo de cáncer
-problemas del tracto gastrointestinal y aumento del riesgo de la enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa
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